En un mundo donde el sentir no tiene un panorama claro frente a la crisis social, donde se valida más el Tener que el Ser, en donde buscamos suplir nuestras carencias afectivas en el afuera llámese objetos, relaciones, logros profesionales, entre otros, sentir muchas veces termina siendo visto como un talón de Aquiles para los estándares sociales de éxito, pero cuando logramos desvincularnos de las demandas externas que nos dictan lo que debemos tener (la familia, la casa, el carro, el trabajo…), logramos una desconexión emocional.
Si nos centramos en los que realmente importa, en lo que nos hace felices, sentir recupera su poder. Y la gestión emocional, es un factor clave para que las emociones se vuelvan nuestras mejores aliadas.
¿Les confieso algo? Cuando recibo la solicitud de mis pacientes, conocidos, amigos o familiares sobre cómo pueden hacer para dejar de sentir, mi mente solo puede pensar… ¿cómo va alguien a renunciar a experiencia de vivir? es casi un no desear y respetar la vida misma.
Entonces, surge la magia del lenguaje, transformando todo; porque, cuando nos hacemos responsables de nuestros procesos internos y de lo que sentimos, la emoción pasa a ser la protagonista que muestra el camino a seguir. ¿Pero como podemos convertirnos en gestores emocionales felices? Una estrategia muy sencilla es el diario emocional.
Hacer un diario de emociones, tiene unos pasos muy sencillos que les compartiré a continuación:
- Encuentra un cuaderno o una app en el celular o dispositivo con que te sientas cómodo. Tiene que ser de un tamaño que te permita llevarla de viaje y con la que puedas registrar todo aquello que necesitas.
- Cada noche, no necesariamente antes de dormir, debes hacer un balance de cómo ha ido el día, haciendo hincapié en buscar aquello que ha generado una alteración en tus emociones positivas y negativas. Para ello, debes seguir un orden cronológico.
- Registra las emociones a través de una cuadrícula con columnas y filas. En la primera columna pondrás la situación vivida que ha desencadenado todo, en la segunda la emoción que experimentas, en la tercera tu respuesta, y en la cuarta las consecuencias directas de tus acciones de respuesta.
- Por último, una vez que hayas hecho el registro completo del día, debes repasar una a una si las consecuencias de tu respuesta fueron positivas o si podría haberse mejorado. De ser así, debes generar una quinta columna con la respuesta alternativa que podrías haber dado.
Un diario emocional te puede ofrecer un panorama más claro de todo lo que puede estar sucediendo con tu gestión de emociones y su impacto en el bienestar general de tu vida, te facilita la resolución de conflictos, la creación de soluciones alternativas y por ende nuevas experiencias y formas de hacer que tu existencia este repleta de plenitud, felicidad y mayor equilibrio interno.