Las circunstancias en las que está inmersa Colombia, dados los antecedentes y las últimas reacciones de la sociedad civil, agremiaciones y distintos sectores que hacen parte del desarrollo de este país mostrando el ligero descontento hacia el actual gobierno del presidente Duque, actualmente, han desencadenado una serie de situaciones que como ciudadanos nos llevan a analizar el rumbo a la que está orientada la economía nacional y de qué manera repercute en el bolsillo de los ciudadanos, reacciones que hacen eco en el sentir de la sociedad al vivir el alto costo de la vida y ver como la esperanza de un salario que cubra las necesidades básicas se esfuma de la misma manera en que se vuelve polvo la remuneración salarial un 15 y 30 de cada mes.
La agonía de los colombianos en estirar el salario cada mes se ha convertido en una especialización para todos los trabajadores en el país que devengan un salario mínimo. Pero ahora bien, recientemente, el presidente de la República, Iván Duque anunció una propuesta de incrementar el sueldo mínimo del 10,7%; un ¡histórico incremento! En comparación a los anuncios que periodos atrás fueron puestos en la mesa de negociación.
Cito palabras del Presidente Duque: “Este sería el aumento de salario mínimo en términos reales más alto en más de 40 años, lo que representa un mensaje para los colombianos sobre permitir mayores ingresos y estimular la demanda del país”, pero si bien es cierto el escenario económico que enfrenta el país pareciera no ser el mejor, altos índices de inseguridad, desempleo, desproporción social, mal manejo de recursos y por si fuese poco un escenario post pandemia muy alentador.
Más que señalar los errores del Gobierno, creo que es fundamental evaluar esa propuesta del Ejecutivo Nacional y aterrizarla de manera consciente al panorama actual que vive el país para el beneficio de los sectores que permita generar inclusión, sostenibilidad y dinamice la economía.
En el particular caso del departamento del Cesar, con la ciudad con mayor índice de desempleo en la Costa Caribe como lo es Valledupar, según el DANE (19,1%) el panorama difícilmente se solucionará en los próximos meses debido a la serie de inconvenientes socioeconómicos que viene presentando la entidad que aunque el presidente hable de crecimiento económico en nuestra región no pareciera reflejarse.
Me gustaría confiar en que el incremento del salario mínimo ayudará a sopesar la situación económica que enfrentan los cesarenses que dependen de un salario en esa escala pero casi siempre cuando esos aumentos llegan con él vienen una serie de incrementos que hacen del ajuste salarial cosa del pasado, y como dicen en la costa ¡vuelve y juega!
Invito a los gremios productivos, empresarios y al Gobierno nacional a ver con sensatez, honestidad y amor por el crecimiento económico del país lo planteado por el Presidente Duque, creo que está de más recordar el vacío que viene dejando el Covid-19 y es fundamental establecer canales con responsabilidad para que lo que hoy es propuesta se cristalice y la reivindicación salarial sea justa y ajustada a las necesidades que en la era post pandemia vive Colombia.



