En la arteria vial que conecta Bogotá con Villavicencio, la imprudencia al volante y el peligroso hábito de conducir bajo los efectos del alcohol han cobrado un precio demasiado alto en vidas humanas. En lo corrido del año, han muerto 1.433 personas por estos hechos, por lo tanto hay un promedio de 15 fallecimientos por día.
Las estadísticas son desgarradoras: desde el comienzo de 2024, unas 50 personas han perdido la vida en la vía, mientras que más de 160 accidentes y 28 mil infracciones de tránsito han sido reportados. Esta escalofriante realidad, que se torna más espantosa cada día, no muestra signos de disminuir.
Las autoridades viales han identificado un patrón preocupante: adelantar en curvas, líneas continuas o en zonas de alto riesgo como túneles, acciones que demasiado a menudo desembocan en tragedia. Recientemente, un motociclista encontró su fin al intentar un adelantamiento imprudente en el kilómetro 56, mientras que un choque frontal en un túnel durante Semana Santa dejó a varios heridos graves.
«Los motociclistas son los principales responsables de la siniestralidad», afirman las autoridades de Villavicencio, señalando que el 72% de los accidentes en las rutas más transitadas del departamento involucran a conductores de motocicletas. Esta preocupante tendencia ha llevado a implementar medidas drásticas para concienciar a la población sobre los peligros de la conducción imprudente.
En medio de este panorama desolador, la conducción bajo los efectos del alcohol sigue siendo un flagelo persistente. Conducir en estado de embriaguez aumenta la probabilidad de accidente en un escalofriante 140%, según expertos en seguridad vial. A pesar de las duras multas y las severas consecuencias legales, el número de conductores detectados en estado de embriaguez sigue siendo preocupantemente alto.