La inseguridad sigue cobrando vidas en Cartagena de Indias, Marisol Negrón Gómez, de 35 años, se convirtió en la más reciente víctima de los sicarios. El asesinato ocurrió en un concurrido punto del barrio Los Caracoles, frente a la tienda El Romanticón. El lamentable hecho resalta la creciente ola de violencia que azota a la ciudad.
Según las primeras investigaciones, Marisol se encontraba en la mencionada tienda cuando dos hombres en motocicleta llegaron al lugar. El parrillero, sin mediar palabras, se acercó a ella y le disparó en tres ocasiones, impactando en su cuello y cabeza. Gravemente herida, fue trasladada por la Policía Metropolitana a la clínica Blas de Lezo, donde los médicos confirmaron su fallecimiento minutos después.
La Policía confirmó que Marisol tenía dos anotaciones judiciales como indiciada por hurto y abuso de confianza. Sin embargo, este dato no debe desviar la atención del problema central: la escalada de violencia y la presencia de sicarios que operan con impunidad en las calles de la capital de Bolívar.
La inspección técnica del lugar del crimen estuvo a cargo de unidades del CTI de la Fiscalía General de la Nación, que trasladaron el cuerpo de la víctima a la morgue de Medicina Legal para los procedimientos correspondientes.
Este asesinato eleva a nueve el número de mujeres asesinadas en Cartagena en lo que va del año, una cifra alarmante que evidencia la inseguridad reinante en la ciudad.
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La situación de inseguridad en Cartagena de Indias no es un fenómeno nuevo, pero ha alcanzado niveles críticos en los últimos meses. Los ciudadanos se sienten desprotegidos, y las acciones de las autoridades parecen insuficientes para frenar la ola de crímenes.
Organizaciones de la sociedad civil y residentes locales han expresado su indignación y exigen una respuesta contundente de las autoridades. «No podemos seguir viviendo con miedo. Necesitamos seguridad y justicia», expresó un residente del barrio Los Caracoles. Los ciudadanos claman por medidas efectivas que restauren la tranquilidad en sus comunidades y garanticen la protección de sus vidas.
La muerte de Marisol Negrón Gómez es una trágica adición a la larga lista de víctimas de la violencia en Cartagena. Su asesinato no solo deja un vacío en su familia, sino que también subraya la necesidad de un cambio profundo y sostenido en las políticas de seguridad implementadas por el alcalde Turbay.
