En medio de crecientes alarmas sobre el cambio climático, el presidente colombano Gustavo Petro urrego no sólo repitió advertencias conocidas, sino que lanzó una propuesta audaz y polémica: una «revolución mundial» para detener la crisis climática.
Durante su intervención en la “Conferencia Internacional Salvemos el Planeta”, celebrada en Chicago, Petro dejó claro que, para él, las medidas convencionales ya no son suficientes. Según el mandatario se necesita una transformación profunda, tanto en la economía como en las relaciones de poder globales, para frenar la catástrofe ambiental que amenaza a la humanidad.
Petro fue más allá de las soluciones técnicas y científicas, proponiendo una reconfiguración de las estructuras de poder. Abogó por la creación de un bloque social y político compuesto por pueblos latinos, africanos, afrodescendientes, árabes y otras culturas marginadas del mundo. Este nuevo frente global tendría el objetivo de derribar las relaciones de poder actuales, dominadas —según sus palabras— por “los matarifes de la humanidad”.
El presidente también puso el foco en lo local, llamando a comenzar con acciones concretas en cada comunidad. Pero su mensaje fue claro: sin un cambio global y radical, las acciones locales serán insuficientes. En un discurso que combinó la crítica social con la urgencia climática, Petro insistió en que la crisis medioambiental no puede ser resuelta sin revisar el sistema económico global. De hecho, propuso una medición de la riqueza no en términos de dinero, sino de emisiones de CO2, un cambio de paradigma que, de concretarse, alteraría profundamente las dinámicas internacionales.
Este llamado a una “revolución mundial” puede sonar utópico, pero para Petro, es la única vía para evitar un desastre mayor. En un tono más filosófico, pidió que la humanidad deje de obsesionarse con la acumulación de bienes materiales y, en cambio, busque acumular «experiencias, saberes y la intensidad de la vida humana». Su visión, que trasciende la tecnología y la ciencia, busca crear una nueva lógica social donde el bienestar humano y el equilibrio con la naturaleza sean centrales.
El discurso de Petro, con su mezcla de idealismo y urgencia, no dejó indiferente a nadie. Pero la gran pregunta que queda en el aire es: ¿está el mundo preparado para una transformación tan profunda? Mientras los líderes globales buscan respuestas ante la crisis climática, el presidente colombiano ha lanzado el guante, exigiendo nada menos que una “revolución planetaria para salvar la humanidad”.