Margaretha, paso de niña a mujer rodeada de desgracias. Nació en Holanda (1876). Sus padres fueron Adam Zelle (sombrerero), y Antje van der Meulen, fallecida siendo ella una niña. Adam contrajo nuevo matrimonio y la internó en un colegio, de donde escapó.
Buscando trabajo en anuncios de periódicos, encontró que Rudolf Mac Leod, coronel de las Indias Orientales, buscaba esposa. Mantuvieron una correspondencia que cautivó al militar, veinte años mayor. Se casa en 1895, teniendo 19 años. Se residenciaron en Java, colonia holandesa en aquel momento. Allí aprendió las danzas que la hicieron famosa. Nacen Norman y Louise.
Norman fallece en 1899, envenenado. McLeod enloquecido, culpa a Margaretha y la somete a maltratos físicos y sicológicos (le arranca el pezón izquierdo de una mordida), y se separan. Margaretha, obtiene la custodia de la niña, pero Rudolf descubriéndola como mujer de vida licenciosa (falso entonces), logra quitársela. Louise muere joven.
Cansada y sin dinero, consiguió trabajar en prostíbulos de lujo y recurrió a la danza oriental y brahmánica (su pasión), para evadir su tristeza y soledad. Hechizo con sus movimientos eróticos a varones de relevante prestancia, que convertiría en amantes. Entre ellos, Guillermo heredero al trono alemán.
Establecida en París en torno a 1904, da un vuelco a su vida, lanzándose a los escenarios como Mata Hari (ojo del día en malayo), princesa Indú. Su debut el 13 de marzo de 1905 (Museo Guimet), fue todo un acontecimiento.
La reseña en LE PRESSE:
“Mata Hari es Absaras, hermana de las ninfas, de las ondinas, de las valkirias y de las náyades, creadas por Indra para la perdición de hombres y sabios”.
Comparaciones mitológicas que provocaron admiración. Su belleza traspasó fronteras y su disposición a semidesnudarse en el escenario, acrecentó su fama en Europa.
Estando en Berlín (1914), estalló la guerra. El alto espionaje vio en ella un blanco seductor. Eugen Kraemer, jefe del espionaje alemán, le ofreció una importante suma de dinero, por pasar información de los franceses. Mata Hari se convirtió en espía, bajo la identidad de agente H21.
Los cuatro años de guerra los pasó entre París, España, Berlín e Inglaterra. En Madrid (1915), se le relacionó con un general alemán y saltaron las alarmas de las autoridades francesas. Acorralada por el capitán francés Ladoux, Mata Hari, se ofreció como espía del ejército alemán, contraespionaje que resultó improductivo. No existen pruebas fehacientes conseguidas por ella. Los alemanes en 1916, cansados de pagarle, permiten a los franceses descubrir su doble juego y la regresaron a Francia.
Fue capturada en Paris el 12 de febrero de 1917. Tras ocho meses presa en Saint Lazare, en su expediente figura como cocotte (prostituta). En un reporte publicado en la BBC se menciona:
“Mata Hari hoy confesó que el Cónsul Cremer de Amsterdan la comprometió con el servicio secreto Alemán. Ella admitió haber mandado información general de todo el tipo que podía conseguir, pero no mencionó secretos militares”.
Procesada ante un tribunal militar en París, fue acusada de entregar secretos militares franceses a Alemania que costaron la vida de mínimo 50 mil franceses. Fue fusilada, en Vincennes, el 15 de octubre de 1917 y decapitada.
El Museo de Anatomía de París (1918), registró más de 100 cabezas momificadas. Entre ellas no estaba la cabeza de la celebre espía.