Todos hemos tenido momentos en la vida en los que nos sentimos atrapados y sin salida ante una situación de crisis. Esta sensación está relacionada con la forma en como percibimos lo que sucede, si lo experimentamos desde un punto negativo, tenemos que revisar los pensamientos que hacen que ese malestar este presente… más allá de la situación, es poder establecer, que de nuestros recursos internos, los estamos usando para incrementar la crisis o no. Y aunque esto no lo hacemos de manera consciente; es decir, no nos levantamos en la mañana con el firme propósito de autosabotearnos y elegir los pensamientos más catastróficos para hacernos la experiencia del día a día más compleja, esto sucede con más frecuencia de lo que imaginamos.
Es allí donde el renacer emocional opera como un cambio radical de nuestras emociones y facilita la gestión, cuando las personas regeneramos nuestro espacio emocional al llegar a sentir que hemos tocado fondo. Si hiciéramos una analogía literaria, podríamos decir que el renacer emocional se asemeja al ‘Ave Fénix’ que renace de las cenizas.
De igual manera; con el renacer emocional, la persona que ha sufrido un revés en la vida será capaz de volver a levantar el vuelo y llegará, incluso, a ver su sufrimiento y su angustia de un modo más optimista y valiente, podrá ilusionarse nuevamente con otros objetivos y metas vitales.
Por lo tanto, el renacer emocional es una conexión contigo mismo, una actitud positiva que te ayudará a superar todos aquellos estados que te causan crisis existencial, en donde se experimenta mucho dolor y/o mucha angustia y que, por lo tanto, te ayudará a gestionar mucho mejor tus emociones primarias y todos aquellos pensamientos y conductas destructivas.
¿Cómo puedo usar todo esto a mi favor si estoy en una crisis? Aunque quieras que se llame borrón y cuenta nueva el comienzo de este renacer, no es por ahí. Si olvidas lo que vives no podrás reconocer el aprendizaje y se repetirá la historia. Al querer salir de la crisis la gran mayoría quiere liberarse del dolor, como nos plantea Frederick Dodson “Una emoción no causa dolor. La resistencia o supresión de una emoción causa dolor“. Lo importante es reconocer que lo que sentimos al tocar fondo es nuestro gran impulso para subir a flote y construir la ruta del renacer.
Todo empieza cuando te atreves a mirar hacia adentro y en medio del caos aprendes a reconocer los detonantes del malestar, para poner los limites necesarios frente a las acciones y/o relaciones que tenemos con nosotros mismos y con los otros (pareja, hijos, familia, amig@s, trabajo…).
Esto implica soltar la ilusión del control desde el amor incondicional en el que confiamos en la libertad y dejar lo que nos hace daño y asumimos la realidad desde una distancia saludable que nos devuelva el equilibrio. Este ejercicio es de los valientes que desean vivir una vida feliz real (no es aparentar una vida feliz o perfecta para los demás). Ello implica activar todo el potencial resiliente que llevamos, y si sientes que no eres resiliente, esta es tu oportunidad para aprender a descubrir la resiliencia que hay en ti y emocionarte al mirar atrás descubriendo que pudiste sobreponerte a un momento crítico y salir fortalecido o fortalecida de este.
Recuerda que no es necesario atravesar solos este camino, si necesitas ayuda pídela, a personas idóneas que puedan orientarte y ser tu soporte cuando necesites un respiro; sigue adelante el dolor pasara, pero tú serás diferente. Incluso el espacio terapéutico es una opción maravillosa y neutra para redescubrirte desde el amor propio y el bienestar emocional. El renacer emocional, es poder transformar una experiencia dolorosa en un aprendizaje para que nuestra existencia florezca como la primavera. Vive cada experiencia de vida desde el amor.