Los tres sabios
Utopías…podemos soñar con ellas, su verdadero valor es el de vislumbrar alguna posibilidad, aún remota, de llegar lo más cerca posible a ese ideal que se imagina. Desde los Griegos, Platón y compañía, pasando por el inglés Tomás Moro y tantos otros que escribieron sus utopías sociales y fueron víctimas, por parte de la gran mayoría, de mofas, las que refuerza la realidad, con la cual se vive, como lo único que se conoce y se da por cierto; otros caminos, imposible, es cuestión de ilusos y soñadores, tonterías filosóficas y de gente que no tiene oficio.
La utopía original es que en una sociedad todo aquel con una profesión, para obtener ese grado debería pasar por el filtro de ser considerado un sabio. Como lo anterior es una utopía de la utopía, soñar soñando, peor en países como el nuestro. El camino más cercano para lograr aruñar ese propósito utópico es intentar acercarnos, por ello se propone que, por lo menos, tres profesionales, en cualquier sociedad avanzada, deben ser los sabios de esa sociedad.
No son los curas o monjes o pastores, menos los médicos, gracias a Dios la mayoría de las enfermedades, aunque no lo crean, se curan solas. Ni lo pienses, tampoco los ingenieros o arquitectos. ¿Los políticos o periodistas?... eso no es utopía; sería el cielo en la tierra.
Creo, puedo equivocarme, los chinos, en el esplendor de su cultura, alcanzaron a tener, en esas tres profesiones, sabios para ejercerlas. Los griegos y romanos aruñaron algo, aunque destinados a una elite de la sociedad; como olvidar a Aristóteles, Profesor de Alejandro Magno. A Pericles, aunque recordado como gobernante, en realidad fue un Juez.
“Los pies sobre la tierra”; mejor, para estar a tono con Colombia: “Los pies sobre la calle”. En un país, como el nuestro, deberíamos legislar o por lo menos intentar exigir que los profesores, los jueces y los generales deben ser las personas mejor preparadas en una sociedad avanzada.
Profesores que son la base de una sociedad que pueda autoevaluarse, y fortalecerse a sí misma. Si logramos que los profesores, para llegar a serlo, obtengan una formación académica sólida y exigente, y perdóneme la expresión : que no cualquiera que se pare al lado de un tablero sea un profesor. Profesores con una educación y un conocimiento de lo Clásico y que lo cohesionen con el saber actual. Para dar un ejemplo: un profesor que pueda explicar la teoría de la evolución desde la biología, enlazada con la historia y la política y el porqué algunos utilizaron apartes de esa teoría para alzar el ideal Nazi. Profesor que pueda relacionar las corrientes filosóficas y pensamientos teológicos que incorporan elementos evolutivos en sus paradigmas y como influenciaron las ideas evolutivas en el arte, y los posibles caminos que la humanidad enfrentará al ser, el hombre, modificador de su propia y nueva evolución.
Sólo profesores y profesoras de una preparación excelsa podrían hacer que sus estudiantes comprendan el conocimiento de una forma holística. Excelentes profesores, es la mejor posibilidad de excelentes hombres y mujeres en una sociedad.
Los jueces son los profesionales de la “Garantía” para la sociedad. No hablo de los abogados. Si los jueces en una sociedad, tienen una preparación profesional tan exigente, a manera de ejemplo- metáfora : cómo un astronauta, las sociedades estarán amparadas.
Alguna vez conversando con un Juez, tocamos al francés Víctor Hugo. El abogado- Juez, en un cargo a dedo, no tenía ni la mínima idea del porqué Víctor Hugo escribe los Miserables. Fue por un caso jurídico donde es condenada Francia. Lo que nadie se esperaba. El público aguardaba la condena de la mujer que robó el pan, fue Francia la condenada: “…condeno a Francia, pues la Nación que es Luz del mundo, no le brinda pan a esta mujer”, es como si hoy un Juez, en un juicio a vándalos, condenará a Colombia por obligar a esas personas a cometer esos actos. No hay tanta madera fina.
Los jueces que sólo saben de leyes, no saben de nada. Las leyes son el reflejo de todo el conocimiento humano volcado a darnos herramientas de connivencia. Los Jueces deben ser sabios.
Por último los militares, uno de los grandes sabios Sun Tzu, el Gran General chino. Es la máxima expresión de este concepto que defiendo. Se gana la guerra antes de ir a ella.
Todo General Colombiano debe pasar por un tamizaje para genios. Un General es un ser que debe y está obligado a dominar la mayor cantidad de conocimiento posible. Un general, dueño de las armas, sin una formación integral, es tan peligroso como una epidemia. Ser general no puede medirse en años, cualquier oficial, si sabe surfear la vida militar, llegará a General. No.
Es un profesional que debe tener conocimientos amplios y suficiente en psicología, medicina, matemáticas, ingeniería, política, sociología, veterinaria, historia… los ejemplos de generales sin la preparación necesaria son abundantes. Sin nombres. Un general, sin la preparación necesaria, envió a un gran número de soldados a combatir a la guerrilla, como desconocía, sentado en Bogotá, situaciones relacionadas a geografía, clima, epidemiologia, psicología y siga contando, pensó: es armar un número elevado de hombre e ir a enfrentar el enemigo.
Lo cierto, es que a ese ejército, lo derrotó, no la guerrilla, fue derrotado por la malaria, leismanhiosis, las gastroenteritis, el desánimo y las deserciones. Y, no se trata sólo de rodearse de los que saben. No, un general, debe, por lo menos, manejar los principios básicos de los temas necesarios para su trabajo. Por eso se llama General.
Profesores, Jueces y Generales son la columna vertebral de una sociedad sana. Deben ser los sabios de un pueblo.