La sismicidad asociada a fracturamiento de roca en el interior del edificio volcánico mostró en las ultimas horas disminución en el número de sismos y aumento en la energía sísmica liberada, en comparación al 20 de mayo.
La sismicidad se localizó en los sectores norte, nororiente, suroccidente del volcán y en el cráter Arenas, a una distancia máxima de 6 km a partir de este y a profundidades entre 1 y 7 km.
La actividad sísmica relacionada con el movimiento de fluidos al interior de los conductos volcánicos presentó aumento en el número de sismos y continuó mostrando niveles de energía sísmica liberada similares al (20 de mayo). Algunas de las señales sísmicas estuvieron asociadas a emisiones pulsátiles de ceniza confirmadas a través de las cámaras web utilizadas para el monitoreo volcánico.
En cuanto a la actividad superficial, la altura máxima de la columna de gases y/o ceniza osciló entre 700 y 1.300 metros medidos desde la cima del volcán. La dirección preferencial de dispersión varió desde el noroccidente hasta el suroccidente y, ocasionalmente, estuvo hacia el nororiente.
Continúan las variaciones en la desgasificación de dióxido de azufre y la salida de vapor de agua desde el cráter a la atmósfera.
La actividad del volcán Nevado del Ruiz sigue siendo muy inestable. Es posible que los niveles de actividad sísmica, así como los niveles de desgasificación o salida de ceniza disminuyan o sean oscilatorios, en el sentido de aumentar unos días y disminuir otros. Sin embargo, esto no implica que el volcán haya retornado a sus niveles normales de actividad, por lo que se recomienda no acostumbrarse a estos cambios oscilatorios de actividad y pensar que es una actividad normal del volcán.
La actividad del volcán Nevado del Ruiz continúa en NIVEL NARANJA, lo que indica que existe una probabilidad de que en días o semanas haga una erupción mayor a las que ha hecho en los últimos 10 años.