Dentro de toda esta preocupación e incertidumbre, como consecuencia de la pandemia que vivimos por causa del Covid-19, es grato y a pesar de las circunstancias poder registrar y celebrar el siglo de existencia del profesor Luis Guillermo Fragoso Diazgranados, un hecho que no podía pasar desapercibido para muchos de quienes tuvimos la fortuna de estar bajo su orientación y tutela en las aulas de nuestro querido Colegio de la Esperanza, cuando el centro de la ciudad se convertía por las tardes en un hervidero al ver transitar por sus calles toda una legión de estudiantes de diferentes colegios los cuales tenían su epicentro en el centro histórico.
Una faceta especial que hacia parte integral en la vida del Colegio de La Esperanza, era el Internado, ese gran albergue donde llegaban estudiantes de recónditos lugares de nuestra región caribe, incluyendo San Andrés Islas y Panamá.
Podríamos señalar que el centro y eje de la vida del Internado era el profesor Fragoso, cuya sola presencia invitaba a cumplir las normas establecidas, a sabiendas que quien osara violarlas tenía bien asegurada su reprimenda sustentada por esa eterna compañera, una vara de bambú o guayacán, que manejaba con tal destreza que jamás fallaba al golpear en el objetivo preciso para enderezar a los estudiantes más díscolos o rebeldes sin que existiera por parte de estos la más mínima señal de reclamo por el correctivo.
El profesor Fragoso Diazgranados, dictaba matemáticas (Algebra), además fue vicerrector por 24 años, designación realizada por el rector y propietario de La Esperanza, Don Antonio María de Irisarri. Su periplo como educador se inicia después de haber terminado su bachillerato, titulo otorgado por el Ministerio de Educación, luego de cursar estudio en el Colegio San Pedro Claver, regentado por el padre Camilo Villegas, después de haber salido en el año 1930 de su natal Orihueca, corregimiento de Ciénaga (Magdalena), en pleno corazón de la Zona Bananera.
Toda su vida estuvo dedicada a la docencia, destacándose como un verdadero maestro, lo cual le permitió además de su permanencia como vicerrector en La Esperanza, ser rector de los colegios: Gimnasio Bolívar, Luis F Vélez de Magangué, Liceo de Bolívar y coordinador académico del colegio Jorge Washington, donde realizó una labor importante al lograr la recuperación de la institución que por esos momentos tenía en riesgo su continuidad.
La centuria del nacimiento del profesor Fragoso, también es una oportunidad para una reflexión, ya que en la época del maestro, Cartagena de Indias era una ciudad estudiantil, dada la calidad de educación que se impartía en varias instituciones tanto públicas como privadas, donde sobresalían El Liceo de Bolívar, La Esperanza, El Fernández Baena y La Salle, en la rama masculina.
Ese carácter estudiantil de la Heroica tal vez se dio por la influencia que a nivel regional ejercía la Universidad de Cartagena. Ante la realidad de hoy surgen varios interrogantes ¿En que momento perdió nuestra ciudad su jerarquía como ciudad epicentro de educación en la Región Caribe?, otra pregunta ¿Ha perdido calidad la educación básica y media que hoy se imparte en las diversas Instituciones educativas de la ciudad? ¿Dónde están hoy los maestros de vocación como el profesor Fragoso? Son interrogantes básicos de cuyas respuestas depende que podamos lograr para nuestros estudiantes una formación integral adecuada.
De otra parte, muchos fueros los estudiantes que sufrieron los embates de la vara de guayacán del profesor Fragoso, sin que conozca a nadie con trauma alguna, mientras observo a no pocos que hoy son personas rectas y profesionales exitosos gracias a la disciplina aplicada.
Mucha gratitud y agradecimiento para quien siempre nos indicaba que la disciplina con racionalidad era la base fundamental para el logro de éxitos no solo en los estudios sino en la vida. Por todas las enseñanzas podemos decir a nombre de todos sus alumnos, gracias profesor Fragoso.