BlackRock, el fondo de inversión más grande del mundo y actual administrador de la Reserva Federal de los Estados Unidos, viene construyendo una estructura financiera que permitirá al sector bancario afianzarse aún más en el manejo del mercado y de la economía global. La implementación del sistema ESG (Environment Social Governance) será un mecanismo de presión para que las empresas, los inversionistas y los Estados dirijan sus planes hacia los proyectos que los grandes fondos de inversión tienen en transformación social. En este sistema se pondrá una calificación de acuerdo con el grado de carbono emitido a la atmósfera y serán valorados factores relacionados con la vinculación laboral de personas por razones de identidad sexual y racial.
Los principales bancos centrales del mundo, a través del Banco de Pagos Internacionales, crearon una parte clave de la creciente infraestructura global que dirige sus flujos de inversión hacia empresas sostenibles, la cual está lejos de las empresas de petróleo y gas, que son consideradas como indeseables y que tienen pronóstico negativo para los próximos cinco años. Así, se creó el grupo SASB (Sustainability Accounting Standards Board), que se encargará de aplicar el mecanismo ESG, ejercerá la supervisión estricta para que las empresas cumplan con la agenda 2030 e impondrá las sanciones pertinentes a quienes se aparten de ella. Se encuentra integrado por BlackRock, Vanguard, Fidelity Investments, State Street Global Advisors, Goldman Sachs, The Carlyle Group, Rockefeller Capital Management, Bank of America, UBS y otros grupos bancarios y financieros que fueron responsables del colapso económico de 2008.
La destinación de recursos a nivel estatal también se verá afectada con estas nuevas medidas. Los países serán valorados en escalas de crédito e inversión que analizarán los grados de emisión de carbono a la atmósfera y la expedición de leyes que robustezcan a grupos raciales y a grupos de identidad sexual. Además, los fondos de inversión pretenden presionar a las corporaciones a que realicen aportes a grupos de “justicia social”, algunos de ellos extremistas, como Black Lives Matter, del cual, en los últimos días, se ha conocido información sobre las grandes fortunas que manejan sus fundadoras, en lo que sería una industria millonaria que está pasando por su mejor momento financiero.
La creación del grupo SASB y la aplicación del mecanismo ESG es una asociación entre el capitalismo bancario y algunas tendencias morales promovidas por el marxismo contemporáneo. Desde un enfoque materialista, es la explotación económica de una tendencia cultural que está predominando en el mundo occidental y que podrá reportar un aumento de capital para grandes fondos de inversión como BlackRock.
Las maniobras descritas se encuentran dentro de la tendencia actual de apropiación y monetización de la moral a través de la instrumentalización de los derechos humanos. Relanzar problemáticas superadas en el pasado y hacer uso de ellas como una marca que necesita ser salvada de la decadencia, para revivir melancolías que ayuden a emerger nuevas modas y tendencias en las masas, y así seguirla conservando y explotando en el tiempo, es una estrategia de mercadeo en ventas que se aplica en diversos sectores del comercio. Algo parecido ocurre en la industria textil, cuando vuelve a poner de moda sus diseños pasados y evoca nuevamente las emociones de quienes vivieron aquellas épocas y de quienes quisieran vivir en ellas.