Una nueva controversia sacudió a Colombia tras la captura de Jesús María Restrepo Borja, alias ‘Darlinson’ o ‘el Gordo’, cabecilla de la temible estructura 36 del bloque ‘Magdalena Medio’ de las disidencias de las Farc. Su captura, realizada por el Ejército en flagrancia mientras portaba armas de fuego de manera ilegal en la vereda El Roble, en El Carmen de Atrato, Chocó, causó gran conmoción. Sin embargo, horas después de su detención, se desató una inesperada decisión: el temible guerrillero fue dejado en libertad.
La polémica se generó cuando la Fiscalía explicó en un breve comunicado las razones de la libertad de ‘Darlinson’. Según el ente acusador, su liberación se debió al Decreto Presidencial 888 del 15 de julio de 2024, que lo reconoció como representante negociador de paz del Ejército de Liberación Nacional.
Esta medida, sumada a la Resolución 323 del 23 de agosto de 2024 de la Fiscalía, suspendió temporalmente las órdenes de captura contra él, lo que llevó a su liberación. La Fiscalía, no obstante, anunció que en los próximos días se le formulará imputación penal por los delitos de concierto para delinquir y porte de armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Militares.
La decisión de liberar a un hombre con un historial de violencia, extorsión y participación en masacres generó fuertes críticas entre sectores políticos y la ciudadanía. Alias ‘Darlinson’ tiene una amplia trayectoria criminal, vinculada a varios actos de violencia en diversas regiones del país. Se le acusa, entre otros crímenes, de haber participado en el ataque que dejó cuatro muertos en Urrao, Antioquia, el 28 de febrero de este año. Además, estaría detrás de extorsiones al exalcalde de Toledo, Antioquia.
‘Darlinson’, quien llevaba un uniforme camuflado de uso exclusivo de las Fuerzas Militares al momento de su captura, estaba acompañado de dos hombres, Jader Montoya Yepes y Arbey Correa Vargas, quienes fueron judicializados y detenidos con medida de aseguramiento privativa de libertad. La estructura armada liderada por ‘Darlinson’ tiene presencia en varias regiones del país, incluyendo los departamentos de Norte de Santander, Bolívar, Antioquia, Cesar, Atlántico, y, más recientemente, el Chocó.
La disidencia de las Farc bajo su mando continúa expandiendo su accionar criminal, afectando la tranquilidad de comunidades como las de El Carmen de Atrato, donde se realizó la captura. Los habitantes de la región viven bajo la constante amenaza de este grupo armado, lo que pone en evidencia la creciente inseguridad en varias zonas del país.
La situación de alias ‘Darlinson’ y su inesperada liberación pone sobre la mesa los complejos desafíos que enfrenta el proceso de paz en Colombia. Las autoridades, a pesar de los avances en los diálogos con diferentes grupos armados, siguen lidiando con la violencia y la resistencia de disidencias que no han cedido ante las negociaciones.
La decisión de liberar a un hombre con tan graves antecedentes, mientras se busca una salida negociada al conflicto, no hace más que alimentar la polarización y la desconfianza entre quienes apoyan el proceso de paz y aquellos que cuestionan su efectividad frente a la persistente violencia en el país.
Este caso se suma a una larga lista de incidentes que mantienen a Colombia en alerta. Mientras algunos celebran los avances hacia la paz, otros temen que las medidas de reconciliación puedan dejar en libertad a individuos responsables de horrores indescriptibles. La controversia sobre la liberación de alias ‘Darlinson’ es, sin duda, solo una muestra de los complicados equilibrios que deben gestionarse en la búsqueda de la paz definitiva.